lunes, 21 de junio de 2010

En la playa............

Que bonito suena, verdad?. Pero no, no es a esa playa a la que me refiero, no es esa playa en la que todos, o casi todos, pensamos en estos momentos ya casi vacacionales.

Los que trabajen en una empresa del sector de las Tecnologías de la Información o Desarrollo y Consultoría de Software, eufemísticamente hablando, más conocidas como “cárnicas” por los que trabajamos en ellas, sabrán a que me refiero. “Ir a la playa” o “Ir a la pradera”, son términos usados para referirse a la situación en la que te encuentras al estar desasignado de un proyecto. Es decir, no pueden colocarte en ningún cliente y te mandan para la oficina.

En otros tiempos, está fue una situación esporádica y temporal, de pasar unos días de ajuste entre la salida de un proyecto y la entrada en otro. Pero hoy en día, desgraciadamente, se ha convertido en una situación mucho más habitual y que conlleva nuevas situaciones, al alargar los periodos del mal llamado “Paro Técnico”.

Para mi suerte, o desgracia, yo trabajo en una empresa mediana del sector, que puede permitirse el lujo de aguantar a algunos recursos durante algún tiempo en espera de futuros contratos. Pero conozco otros casos, de empresas más pequeñas, en los que se ha obligado a tomar vacaciones para aprovechar lo días de paro o, directamente, se ha despedido a los profesionales. Siempre es una buena decisión deshacerse de lo que ya no te vale, sobre todo de la carne, que se estropea enseguida.

Al principio llegas a la oficina con la intención de pasar unos días cómodos entre proyectos. Tienes la idea de olvidar el estrés del proyecto que acabas de dejar y tomar fuerzas para empezar en un nuevo proyecto, en una nueva ubicación y con nuevos compañeros y clientes. Pero no dejas de pensar en la situación real de precariedad en la que te encuentras. Si empiezan a pasar los días y no sucede nada, no hay solicitudes para ti, solo la monotonía de leer el periódico por Internet, las cosas empiezan a complicarse. Tu autoestima empieza a bajar enteros y la posibilidad del despido se acerca. Y os puedo asegurar que en mi empresa esa posibilidad es muy, muy real. Empiezas a oír ese constante machaqueo del “eres muy caro” o “tu carácter es complicado” o cosas similares, dichas por las personas que deberían solucionar esta situación pero que su escasa capacidad dista mucho de poder hacerlo y es mucho más fácil culpar al profesional que admitir su propia incompetencia. En fin, vienes con la idea de unos días de descanso y terminas con una úlcera de aguantar los nervios.

Hoy es mi primer día de playa, veremos si no termino quemado por el sol.

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